Descubre qué tipo de piel tienes

cuidado de la piel

Para tener una piel saludable y hermosa es necesario conocer tu tipo y utilizar los productos e ingredientes adecuados.  El tipo de piel puede cambiar de acuerdo a las condiciones ambientales, al clima, al estado de salud, la edad y al estilo de vida; por eso es importante que sepas cuál tienes actualmente para cuidarla de la mejor manera.  

NORMAL

  • No es ni muy grasosa ni muy seca. 
  • Generalmente está libre de granitos o imperfecciones. 
  • Puede verse un poco grasosa en la zona T (frente, nariz y mentón) después de algunas horas de haberla limpiado, dependiendo de la humedad y temperatura.
  • Los poros son de tamaño normal.
  • La piel del cuerpo puede sufrir de deshidratación tópica en climas fríos.

GRASA

  • Presenta poros medianos o grandes en la zona T y a veces en las mejillas, hombros, cuello, pecho y espalda.
  • Las glándulas sebáceas generalmente son hiperactivas y dan a la piel una apariencia brillante momentos después de limpiarla.
  • Puede o no ser propensa a acné y tener poros tapados.
  • El maquillaje parece desvanecerse a las pocas horas de haberse aplicado.
  • El calor y la humedad tienden a incrementar la producción de grasa, mientras que las temperaturas frías y los ambientes secos ayudan a disminuirla.
  • Puede haber deshidratación tópica en climas muy fríos y secos.

 SECA

  • Esta piel carece tanto de humedad como de aceite natural, ambos indispensables para una apariencia saludable.
  • Puede verse escamosa y sentirse áspera, tirante o seca a lo largo del día.
  • Los poros se ven pequeños y la piel se siente tensa casi inmediatamente después de limpiarla. 
  • Presenta líneas de expresión y arrugas más rápidamente que otros tipos de piel y tiende a envejecer prematuramente. 
  • El clima cálido y la humedad son benéficos, al contrario del clima seco y frío donde el aire sustrae la humedad de la piel causando irritación y sensibilidad.

 MIXTA

  • Si tu rostro presenta dos o tres tipos de piel, tu condición es mixta.
  • Puede ser grasosa en la zona T (donde se encuentra la mayoría de las glándulas sebáceas) y normal o seca en las mejillas y a los lados de la cara.
  • Generalmente se pueden ver espinillas o poros grandes en la zona T y algunos granitos o imperfecciones.
  • Al mismo tiempo, las mejillas y los lados de la cara pueden sentirse normales o secos y tirantes.
  • Cuando hace frío, las áreas grasosas se normalizan, mientras que las áreas secas empeoran.
  • Cuando hay más calor y humedad, se incrementa la producción de sebo en la zona T y las áreas secas se normalizan.

SENSIBLE

  • Este tipo de piel reacciona al ambiente en el que se encuentre.
  • Se quema fácilmente con el sol, se sonroja, presenta erupciones y se irrita.
  • Tiende a reaccionar fuertemente ante los productos de cuidado personal, al sol y a los cambios de temperatura y humedad.
  • Regularmente presenta capilares dilatados o expandidos en pieles maduras y rojeces en la nariz y mejillas.
  • Debe tratarse con mucho cuidado.

MADURA

  • Presenta pérdida de tono y/o flacidez, con algunas líneas de expresión y arrugas superficiales o profundas.
  • La mayoría de las personas con piel madura tiene más de cincuenta años y es parte natural del proceso de envejecimiento, aunque algunas pueden presentarla antes o después. 
  • Los genes, la calidad de los aceites naturales de la piel, la alimentación, el ambiente y el estilo de vida determinan cuándo y hasta qué grado se presenta la piel madura.
  • El clima cálido y húmedo es favorable, mientras que en el clima frío y seco provoca resequedad y un envejecimiento más rápido.
  • Puede mostrar pecas y manchas de acuerdo a los hábitos personales (exposición solar, alcohol, tabaquismo).

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